Kamala considera que su trabajo está conectado tanto con los líderes de los derechos civiles que la precedieron -los “antepasados”-, como con las generaciones que espera empoderar.

Kamala Devi Harris, hija de madre india y padre jamaicano, hoy es considerada como la mujer que ha llegado más alto en el liderazgo de Estados Unidos y es la primera mujer afroamericana surasiática en tener un puesto en el senado y en la Casa Blanca.

Kamala, nombre que se pronuncia ‘comma-la’, significa ‘loto’ y también es otro de los nombres de la diosa hindú Lakshmi (la diosa de la riqueza, la fortuna, el poder y la bondad), fue elegido por su madre Shyamala Gopalan Harris, quien insistió en darle a sus hijas nombres sánscritos de la mitología hindú para ayudar a preservar su identidad cultural. Junto a su hermana menor Maya Harris, asistieron tanto a una iglesia bautista negra como a un templo hindú, y fue esta iglesia, la encargada de casar oficialmente a Kamala con su ahora esposo, Douglas Emhoff, quien hará historia por derecho propio al convertirse en el primer segundo caballero.

Desde sus inicios, Kamala ha estado inmersa en temas de justicia racial. Después de varios años en Montreal, asistió a la Universidad Howard, una universidad históricamente negra y una de las más prestigiosas del país. Luego trabajó como fiscal en casos de violencia doméstica y explotación infantil, siendo elegida como la primera mujer negra en servir como fiscal general de California. En 2016 se convirtió en la segunda mujer negra en la historia de la cámara al ser elegida como senadora de Estados Unidos, donde destacó, rápidamente, gracias a su fulminante estilo en las audiencias del Senado, interrogando a sus adversarios en momentos cruciales que, a veces, se volvían virales.

Durante su candidatura en las primarias, mientras luchaba por atraer a las mismas mujeres y votantes negros que esperaba que conectaran con su historia personal, Kamala continuó haciendo un esfuerzo concertado como compañera de fórmula de Biden para llegar a las personas de color, algunas de las cuales dijeron sentirse representadas en la política nacional por primera vez.

Hoy, Kamala Harris, de 56 años, encarna el futuro de un país en medio de la alegría y la sensación de empoderamiento de ver a una mujer de color como la segunda funcionaria electa de la nación.

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