Busca por palabras claves, luego dale a enter
María Gabriela Isler es una reina de la Belleza Universal ¿Cuál fue el momento que te exigió mayor resistencia durante el Miss Universo?
El Miss Universo como tal, fue la oportunidad de poner en práctica todo aquello que por más de un año fui trabajando durante mi preparación en Miss Venezuela. Tuve que demostrar verdadera resistencia durante todo el proceso de aprendizaje, de crecimiento y de madurez que fui desarrollando para nunca decaer, para salir de mi zona de confort, y poder tener un buen desempeño durante mi reinado, y especialmente durante la competencia.
Yo no conocía nada acerca del mundo de la belleza, y me tocó aprender desde cero. Siempre he dicho que no considero que el Miss Universo sea sólo un certamen de belleza, sino efectivamente es un concurso de resistencia. Hablando literalmente, fueron 4 semanas donde solamente dormía 3 horas al día y el resto estaba en “modo Miss”. Si hablamos del año de reinado como tal, no me cabe la menor duda que el momento que me exigió mayor resistencia emocional, fue sobrellevar mi reinado como Miss Universo aún cuando las condiciones sociales, políticas y económicas en mi país, cada vez estaban más delicadas. Era casi imposible “sonreír” en prensa y no sentir que era indiferente a nuestra realidad. Esa fue una de las razones por las cuales me dediqué a realizar labores humanitarias y alinear mi reinado al impacto social.
Luego del Miss Universo y una carrera exitosa, asumes el reto de formar el Comité de la Belleza del Miss Venezuela, en medio de momentos difíciles para la organización ¿Cómo asumiste ese reto al pasar de miss a Directora del concurso de Belleza más importante de Suramérica en medio de rumores, chismes y escándalos entre reinas?
Formar parte del Comité Ejecutivo de Miss Venezuela ha representado desde el inicio un gran reto personal y profesional para mí, pero más allá de eso, representa un pedacito de mi propósito personal que es ser parte de la reconstrucción de Venezuela.
El Miss Venezuela, así como el país, se encuentra en un proceso de evolución y transformación, y ser parte de este proyecto me llena de gran ilusión y compromiso. Pienso que solamente Dios sabe por qué coloca este tipo de retos en nuestro camino. Yo me encontraba fuera de Venezuela, pero con muchísimas ganas de sumar, aportar e impactar positivamente a mi gente, por lo que decidí abrir esa puerta que me invitaba a regresar, y formar parte activa de la transformación de uno de los símbolos más importantes del país, lo cual considero una bendición. Siendo Miss Venezuela y luego Miss Universo, aprendí de muchos profesionales, y pude tener una perspectiva diferente de la industria de la belleza en diferentes países, así como del mundo del activismo humanitario y filantrópico. Conocimientos que me encuentro empleando y sumando para este proyecto, esperando impactar la vida de niñas y jóvenes venezolanas.
El Miss Venezuela se ha reinventado en los últimos años, abriéndose a nuevas propuestas, presupuestos e incluso, cambios de última hora, ya la próxima edición está en marcha ¿Cuáles son las motivaciones para continuar al frente del concurso?
Mi motivación es construir un legado apegado a mis valores y principios, ese legado que no se trata simplemente de mí, sino de lo que puedo hacer o construir para impactar la vida de los demás de alguna forma u otra, especialmente pensando en las nuevas generaciones de jóvenes venezolanos. Como dije anteriormente, el Miss Venezuela representa un proyecto país. Por lo que el motivo de estar aquí, va por encima de las nuevas propuestas, cambios o circunstancias; forma parte de mis razones al levantarme. Saber que estoy aportando a Venezuela, sumando a la vida de 24 mujeres, además de todas aquellas niñas y jóvenes que siguen el certamen, esa es razón suficiente para seguir dedicando tiempo y esfuerzo a este proyecto.
A nivel personal todos hemos transitado por momentos que exigen de nosotros desarrollar la capacidad de resistir para poder avanzar ¿Cuál ha sido ese momento que más ha exigido de ti?
Pienso que mencionar un solo momento sería mentira, ser actualmente una figura pública no me hace olvidarme de dónde vengo y mi historia personal. Al final del día, somos el resultado de todos aquellos momentos que nos exigieron una respuesta ante diferentes circunstancias. Transitar por mis recuerdos me hace pensar en el divorcio de mis padres, la pérdida de seres queridos, la situación económica que junto a mi familia hemos atravesado en diferentes oportunidades, el bulling que me hacían cuando estaba más chiquita, y el que recibí cuando me inicié en el mundo de la belleza, las comparaciones de mi físico y capacidades con el resto de reinas de belleza, la distancia con mi pareja y familia durante mis reinados, el reinventarme como profesional en otro país. Hoy es un reto regresar a Venezuela y resistir desde mi posición actual, todo lo que conlleva este proceso de transformación y evolución.
Podría decir que el reinventarme como profesional ha sido el que más me ha costado, muchos piensan que por ser Miss Universo tienes la vida resuelta, sin embargo, me tocó vivir esta experiencia en la época donde mi país no tenía las mismas condiciones para potenciar y proyectar mi carrera como la de otras reinas, y empezar de cero y afuera, no fue nada fácil. En mi conferencia “Choose You”, cuento un poco como el rechazo de más de 15 agencias de modelaje solo por el hecho de ser Miss Universo, me fortaleció y permitió enfocarme en mi propósito y movimiento de elección personal.
Hoy, el país entero está pasando por momentos complicados y una crisis innegable, mientras muchos se van otros tantos siguen en Venezuela trabajando, resistiendo ¿Cómo resiste María Gabriela Isler la difícil coyuntura actual?
Ciertamente no ha sido fácil, tanto quedarse como irse de Venezuela no resulta sencillo; cada quién elige su “difícil”. En mi caso en particular, tengo la bendición de dividir mi tiempo entre Venezuela y Estados Unidos, donde también tengo proyectos. Sin embargo, tenía varios años donde no trabajaba activamente en mi país, y el regresar cada cierto tiempo, me hace sentir la coyuntura cada vez más. Emprender un proyecto actualmente en Venezuela, te hace enfrentarte con una dimensión desconocida de retos, obstáculos, y variables; sin mencionar lo complicado que puede resultar intentar avanzar con una economía tan distorsionada y compleja como la que vivimos.
Tanto a nivel personal, como profesional, resistir, persistir, y no cambiar la meta sino el plan, es un ejercicio diario de resiliencia y mucha convicción. Pienso que mi clave para resistir, ha sido ganarle tiempo al tiempo y avanzar mientras se pueda, pensar y detenerme a observar cuando es mejor esperar, trabajar en mi paciencia para no desesperarme y no tomar decisiones equivocadas, valorar y agradecer el trabajo de cada persona (todos tenemos una realidad, por la que valoro cuando alguien se esfuerza para darme resultados), entender que nuestra economía más allá de indicadores, se mueve por las emociones, por los que es muy importante no tomar decisiones viscerales sino lógicas y racionales, optimizando los recursos, y tratando de apoyarme en las personas que más quiero y admiro para seguir motivada, enfocada y convencida de que siempre habrán opciones para salir adelante, solo debo ver con claridad mi inventario de recursos.
En varias oportunidades has mencionado que continúas trabajando a diario en Venezuela y mantienes el compromiso con seguir aportando el país ¿Cómo se construye país en medio del momento actual?
Se construye país simplemente con las ganas, pienso que cada quien desde su profesión, oficio, trabajo, emprendimiento, o desde la participación activa en su comunidad, puede construir país. Siempre he dicho que no puedo pretender resolver una crisis política ni económica, no es mi profesión y hay quienes están trabajando incansablemente por recuperar nuestro país en ese aspecto; sin embargo, la reconstrucción social es responsabilidad de todos los venezolanos. Sembrar valores, educación, principios, promover buenos modales, evitar el facilísimo o la llamada “viveza criolla”, promover la honestidad y el trabajo digno, utilizar nuestra voz para sumar, o siendo compasivos con la realidad de quienes nos rodean, son algunas de las cosas que están en nuestras posibilidades como ciudadanos y no nos cuestan nada, mientras aportan muchísimo al crecimiento de nuestra sociedad.
¿Cuál es tu mensaje para esos venezolanos que continúan esperanzados, trabajando, resistiendo a diario?
Mi mensaje es de fortaleza y convicción, todos y cada uno de nosotros sabemos que tenemos un propósito, y nadie dijo que sería fácil alcanzar la realización de nuestros sueños con tantos retos por delante. Sin embargo, donde unos ven obstáculos, hay quienes ven oportunidades. Y es allí donde creo que deben enfocarse, porque todo aquello que deban superar o re-pensar en orden de llegar a su meta, serán capacidades que van a desarrollar, respuestas que no tenían, soluciones a problemas que en otras economías no existen, y literalmente un master de aprendizajes y lecciones que los formaran como personas capacitadas y preparadas para triunfar con más fuerza en un mercado estable. Cuando todo pase, serán esas personas, las que batallaron, las que brillarán con más luz cuando pase la tormenta. La clave: “nunca perder la fe”.