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La robótica como medicina para el futuro

La robótica como medicina para el futuro

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La robótica como medicina para el futuro

Revista

El médico venezolano radicado en California, trabaja en el Norris Cancer Center de la Universidad del Sur de California y es pionero de la cirugía con robots en Latinoamérica. Sus avances vanguardistas dan nuevas oportunidades de vida y una mayor precisión a las intervenciones quirúrgicas.

2 junio, 2017

JIMÉNEZ, Nilo (País2Go)

Su vida se ha desenvuelto en los pasillos de las clínicas y las salas de operación, donde dedica su tiempo a generar más calidad de vida a los pacientes. Es su deseo y propósito. René Sotelo es un médico venezolano, cirujano general y urólogo que actualmente se encuentra en California, Estados Unidos, luego de trabajar en Venezuela por muchos años. Fundó el Centro de Cirugía Mínimamente Invasiva (CIMI) en Caracas, llevándolo también a Colombia, Costa Rica, Ecuador, República Dominicana, México y Bolivia.

A lo largo de su trayectoria, este caraqueño de ascendencia mexicana ha transmitido sus conocimientos sobre cirugía laparoscópica por más de 22 países, entre ellos Alemania, Corea, India, Turquía, Egipto, Italia, Colombia, Kuwait, Nicaragua, Catar, Costa Rica, Brasil, Suiza y México. Su método y dedicación ha sido reconocido por organizaciones urológicas en todo el mundo, premiando sus videos operatorios y los avances que ha aportado al campo de la urología.

¿En qué momento de su carrera empezó a trabajar con robots?
He trabajado más de 20 años en la especialidad urológica, con dedicación y curiosidad científica, documentando todos los procesos que voy haciendo y así analizar la evolución de los casos. Eso me llevó a publicar, estudiar y desarrollar técnicas propias, viajando por muchos sitios y haciendo cirugías para demostrar el procedimiento. A medida que viajaba a más países, más personas llegan a Venezuela a preguntarme sobre los métodos y vernos operar, así viajé a 25 países para dar charlas en casi todos lados. Claro, Venezuela ya contaba con esos insumos, durante 20 años hemos formado a médicos del mudo entero, que fueron a Venezuela a instruirse. Fueron doctores de Brasil, Suiza, Italia… que estuvieron en el país entrenándose. Venezuela es pionera en laparoscopia mediante robots, fuimos el primer país de América Latina en operar de esta forma. Yo fui a Colombia y Brasil a realizar las primeras cirugías con robots en esos países. Así fuimos llevando la cirugía robótica y laparoscopia a toda Latinoamérica. Hoy en día operamos con todas las dificultades que presenta el país, pero sí, nosotros hemos sido pioneros y tenemos la experiencia más importante de toda Latinoamérica en este tipo de cirugías.

¿Qué ha sido lo más difícil que ha experimentado durante su profesión?
Saber que al final la muerte de un paciente te va a llegar, a pesar de que soy cuidadoso y obsesivo para no tener complicaciones. Pero la realidad es que la muerte y el cáncer te alcanzan. Afortunadamente me pasa muy poco.

A pesar de enfrentarse a la muerte constantemente, ¿esa sensación de temor continúa?
En el caso de la urología, la mortalidad es muy baja. Sin embargo, hay gente que se mantiene distante para evitar ser afectado emocionalmente, yo considero que al estrechar lazos se puede enriquecer el alma. Se desarrollan vínculos muy especiales con la familia y el paciente, son varios años de lucha juntos y te acuerdas de ellos y sus vivencias, no importa que luego te afloren las lágrimas. A pesar del vínculo con el paciente, pienso que la muerte es parte de la vida y sus altibajos.

HERNÁNDEZ PORRAS, Andrés

Al ser tan cercano con sus pacientes, ¿aprende cosas diferentes de cada uno?
Claro, todos los pacientes son diferentes. Con cada uno aprendo algo nuevo todos los días. Por eso, como doctor, estoy eternamente agradecido, porque cada uno es una experiencia distinta que te permite mejorar.

Muchos de ellos se enfrentan a cirugías innecesarias por el factor dinero, ¿qué opina sobre este fenómeno?
No tiene ningún sentido operar a un paciente que no lo necesita. Eso no resulta y pasa en todos lados, hay un interés comercial exagerado y por eso existen pacientes que se ven sometidos a a procedimientos que no requieren. No es solo un problema de experticia, también es de honestidad y ética. La realidad es que al actuar bien y hacer procedimientos adecuados, eso se retribuye en más pacientes y además, la conciencia estará tranquila.

¿Cuál es la experiencia que más le ha marcado en toda su carrera?
Sin duda, desarrollar el centro de cirugía robótica. Fue un concepto muy importante, es un centro académico en el que nos encargamos de formar futuros doctores. Además, sentó un precedente, porque anteriormente la medicina académica solo se hacía en los hospitales públicos, no en los privados. Fui fundador y presidente, por más de 15 años, de la fundación Cauro (Fundación Cáncer de Urología). Con esa fundación trajimos y becamos a muchos médicos para trabajar de forma internacional y organizamos congresos científicos. Es un legado haber contribuido a educar médicos en Venezuela a través de esa fundación.

¿Qué le motiva a diario?
Curar a la gente. Al hacerlo y ser testigo de sus expresiones, puedes saber que hiciste bien y eso no tiene precio. La familia te lo agradece, estableces vínculos con esas personas… Es algo que te llena día a día y te inspira a seguir haciéndolo.

¿Cuáles son las diferencias entre la laparoscopia y la cirugía robótica?
Con la laparoscopia el cirujano es quién maneja directamente las pinzas que ingresan al abdomen del paciente, viendo su interior a través de las cámaras que entran al cuerpo. En cambio, la cirugía robótica consiste en unas pinzas que están acopladas a unos brazos robóticos, los cuales se pueden manejar a distancia, incluso en otra ciudad. Los movimientos que el cirujano realiza en la cabina son repetidos por los brazos que se encuentran en el cuarto de cirugía. La primera gran diferencia entre ambas técnicas son la cantidad de cámaras, ya no es una, sino dos, lo que permite una visión en 3D. Además, las pinzas que transmiten los movimientos del cirujano no tienen temblor y son capaces de realizar ángulos de movimientos que el ejecutante no puede.

¿Qué avances tecnológicos ha aportado esta forma de cirugía y qué le falta por desarrollar?
Con las imágenes digitales que se obtienen se han sumado una cantidad de posibilidades que se pueden lograr. Una de ellas es que ha sido posible efectuar la superposición de imágenes de lo que estás viendo dentro del abdomen, con los estudios radiológicos anteriormente realizados al paciente. Esta técnica permite buscar la lesión o el tumor de forma más eficiente. El segundo avance es la inyección de sustancias que permiten colorear y resaltar órganos y fluidos, con el propósito de diferenciarlos y verlos mejor. Aún le falta el sentido del tacto, pero es una tecnología que sigue en desarrollo y constante mejoría.

URFALIAN, Van

Tomando en cuenta su trayectoria, ¿siente que tiene un asunto pendiente?
Realmente me siento muy satisfecho con lo que he logrado. He vivido al máximo, a pesar de que me insistieran que bajara la velocidad. Más de una vez la he disfrutado hasta cansarme y agotarme, de verdad me siento muy realizado. Eso no significa que ya no me proponga más metas, aún sigo buscando cosas más grandes, comprometiéndome a seguir haciendo ciencia y estudiando. Estoy muy agradecido con la vida y con mi familia, agradezco que estén sanos. Trato de cuidarme y de enseñar que el cuerpo y la salud son frágiles, ya que tener a una familia sana no tiene precio. También agradezco el hecho de tener una vida privilegiada, aunque me gustaría estar en Venezuela. La gente me dice: “¿Cómo te quejas si estás allá?”, pero uno nunca está contento en dónde está, estaría más contento si estoy en mi país. Por supuesto, mi familia está mejor aquí, porque el contrato de la universidad incluye la educación de ellos. Para convencerme de estar aquí, me ofrecieron un acuerdo con muchas bondades, no solo el aspecto económico, sino el respeto, el subsidio a mis hijos y a su universidad, miles de cosas que eran muy difícil de rechazar, independientemente del prestigio que representa estar aquí. Además, debo aceptar que ellos están, en este momento, mejor aquí que en Venezuela, lamentablemente. El esfuerzo de estar en Estados Unidos fue para seguir aprendiendo y seguir aportando, sobre todo para que mis hijos tengan oportunidades distintas.

¿Cómo quiere ser recordado?
Como aquella persona que se enfocó en hacer el bien, que ayudó a otros a superarse. Alguien que compartió sus conocimientos sin mezquindad y que ayudó a curar a miles de personas.