7 agosto, 2023
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BOHORQUEZ, Donald
El carisma y la buena vibra que transmite Daniel Bracho la contagia a su público siempre que sube al escenario; para él, no hay momento más emotivo que compartir con sus seguidores la pasión que lo ha acompañado desde niño. Es cantante, productor musical, compositor, locutor, publicista, arreglista y pianista, pero sobre todo, un optimista nato, a quien las circunstancias no le han impedido ver materializar sus sueños.
“Chompa”, como le llaman sus amigos y familiares, dio sus primeros pasos en la música cuando niño. Creció jugando con el piano de su abuela y viendo a José Augusto –el segundo de sus cuatro hermanos– tocar, componer e interpretar; lecciones que fueron solo el aprendizaje para emprender un viaje con un sinfín de retos, pero también de oportunidades.
A los 13 años creó su primera banda, a la que bautizó Equilibrio y dos años más tarde se incorporó al equipo de músicos de la agrupación de su hermano Wepa G. “Me tocó madurar muy rápido”, recuerda. Siendo apenas un adolescente ya sabía perfectamente a qué se dedicaría por el resto de su vida. Inició sus estudios de licenciatura en música en la universidad Cecilio Acosta en el estado Zulia, Venezuela, y pocos años más tarde era el pianista oficial de Caibo, un dúo venezolano que ya cumple 11 años cultivando los sonidos tropicales del país.
Para este joven de 29 años la “fortaleza” se convirtió en una palabra clave en su vida después de que en septiembre de 2014 un accidente le produjera la pérdida de parte de tres de sus dedos de su mano derecha. Prueba que lo obligó a permanecer seis meses alejado de los escenarios y de los instrumentos, pero que le permitió reconfortar su fe y superar sus miedos.
“Lo que sucedió lo asumo como una segunda oportunidad, porque a pesar de eso, nunca dejé de hacer música. Esta prueba me ayudó a desarrollar nuevas habilidades y una de ellas es el oído. Estoy seguro que si yo no amara lo que hago, no hubiese tenido la fuerza para superar esta adversidad”.
Daniel, a su corta edad, presume de un amplio recorrido en el mundo musical. Además de trabajar como director de esta agrupación venezolana, también cuenta con Chompa Music, su propio estudio de producción. Es productor de jingles para diferentes marcas en Venezuela y es tecladista de Predespacho, banda que conforma junto a siete amigos y que se ha especializado en la presentación en eventos privados.
Para este músico la palabra “rendirse” no existe dentro de su diccionario. Es un joven de retos, de posibilidades y de sueños. Dentro de sus planes está la idea de cantar, grabar un disco como solista, y ganar un Grammy como productor. “Cuando uno se aferra a Dios solo pueden ocurrir cosas buenas”.
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