PERDOMO, Edward

Armando Goedgedrag creció admirando la naturaleza, para este holandés de 27 años nunca hubo mejor entretenimiento que plasmar en lienzos las maravillas ocultas de Aruba, una isla ubicada en el Caribe. Desde los 16 años su mejor pasatiempo ha sido dibujar el encanto del “mar de los siete colores”, de sus playas, sus atardeceres y arrecifes. Hoy su nombre se escucha en exposiciones urbanas.

Es licenciado en comunicación y en diseño multimedia graduado en Noordelijke Hogeschool Leeuwarden en Holanda, con una maestría en animación en la AKV St. Joost Avans Hogeschool Breda y, aunque sus raíces familiares vienen de Europa, siempre se identificó con la belleza del Caribe. Desde hace más de una década, Armando se ha enfocado en documentar cada rincón de esta afrodisíaca isla para demostrarle al turista que Aruba es mucho más hermosa de lo que se puede apreciar en una sola visita.

Sus obras son realistas y surrealistas, hechas con pintura acrílica, con una diversidad de colores y con técnicas que ha ido diversificando conforme pasan los años. Aunque no cuenta con un taller, ha participado en importantes galerías nacionales e internacionales para exponer sus obras, de las cuales el 80% corresponden a espacios propios de esta maravillosa isla, mientras que el 20% restante les compete a otros destinos en los que ha estado.

Sus trabajos no solo los plasma en lienzos, sus esfuerzos por apreciar cada kilómetro de esta exótica isla los documenta en videos que luego son publicados en sus redes sociales. En ellos registra la fuerza del mar, la inmensidad de la naturaleza y el blanco de sus arenas. “Una foto no es suficiente, por eso grabo. Toma tiempo hacerlo pero vale la pena que este hobby se haya convertido en un trabajo”.

Armando es un artista plástico renombrado en la isla, su trabajo no solo lo reconocen locales y turistas, sino que además por importantes personalidades del mundo de la política. Uno de sus mayores satisfacciones fue ver al exprimer ministro de Holanda, Jan Peter Balkenende, recibir una de sus obras.

Pero para este joven holandés no es suficiente con que le reconozcan su trabajo, sino también ser inspiración para otros. Por eso, una vez al mes organiza de la mano de otros artistas, visitas guiadas a diferentes escuelas para hablar sobre el valor de la cultura y sobre la importancia del arte. Su propósito es que cientos de niños de diferentes edades contemplen las diversidades que ofrece la isla y lo mucho que hay por ver fuera de los salones de clase.

Gran parte de sus obras se pueden adquirir en tiendas locales o galerías, pero su mayor sueño es que las personas las puedan encontrar en exhibiciones alrededor del mundo.

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