Entrevistas

Cincuenta y cinco años de carrera musical, y todavía le falta, le falta una Venezuela triunfante en la música, una Venezuela que se enamore y se comprometa con su profesión, así como él se enamoró de sus conciertos, de su familia y de las nuevas potencias que hay que por explotar en el país.

5 noviembre, 2015

El conocido maestro Max Alliey, director de Coros y Orquesta, compositor y arreglista, pedagogo, declarado en 1993 por el Gobierno como Patrimonio Musical del Zulia, presentará el 10 de noviembre el estreno de dos composiciones tituladas Plegaria a la Chiquinquirá y Concierto venezolano para Mandolina, en las instalaciones del Teatro Baralt a las 7 de la noche.

La actividad contará con la participación especial de la soprano Mónica Daniele y la destacada concertista merideña Rossmery Rangel, además estará el Coro de Cámara y Orquesta, conformada por 40 profesores.

Entre sus temas destacan La Vida, María Elena, Calle Oriente, Mis Amigos, Mi Pequeño Angelito, Relámpago de Catatumbo, entre otras. Previo al concierto, el músico dará inicio al bautizo de las composiciones así como la presentación de tres libros de su autoría, como un aporte al enriquecimiento de la música del Zulia y Venezuela.

Desde las instalaciones del restaurante Nutopía, el maestro contó su satisfacción de ofrecer el primer concierto para Mandolina en Venezuela, además de comentar cómo ha sido su pasión y entrega a la música. Aprovechó la oportunidad para ser porta voz de lo que actualmente sucede con la música en el país, alegando que “no puede ser que teniendo nosotros tanto recuso humano valioso, lo dejemos perder”.

Más allá de los reconocimientos y los logros que ha tenido durante su trayectoria como músico, Alliey es un fiel promotor y defensor de la cultura del país. Para él “Venezuela es un potencial humano en música. Aquí cualquiera toca algún instrumento musical y el que no, lo aprende. Si nosotros verdaderamente tomáramos la música como una gran empresa, pero en el mejor sentido de la palabra, fuéramos mejor que otros países”.

¿Qué significa saber que el primer concierto para Mandolina en Venezuela nace de usted?
Cuando compuse este concierto, en el año 86, no se había hecho la orquestación sino el concierto. Me puse a investigar y este es primer concierto venezolano para Mandolina de orquesta, hecho académicamente. Espero que esto trascienda nuestras fronteras y llegue a ser una obra propia para los grandes concertistas de Mandolina en el mundo. Me da doblemente satisfacción porque en años atrás yo compuse mi partitura venezolana, y esa misma aparece en la enciclopedia de la música del vaticano, como obra notable.

¿Llevará este concierto fuera de Maracaibo?
Es lo ideal, pero lamentablemente estamos viviendo una situación en el que la economía afecta a todas las partes y la música también cae en eso. Ojalá podamos llevarlo fuera de Maracaibo.

Hablando de la “situación país”, ¿cómo ve actualmente la música en Venezuela?
La pregunta es muy difícil. Hay recursos, pero están limitados a un sector. La parte cultural en todas las regiones del país no se distribuye como debería ser. Hay un centralismo galopante que esta acabando con la cultura.

¿Y el talento?…
En vez de alimentar para que cada región pueda desarrollarse, lo se hace es que se van delimitando las riquezas de cada regiones. Talento que va descantando en las regiones, talento que absorben y se lo llevan a Caracas. Aquí en Maracaibo hay problemas en las diferentes orquestas. Entre los años 70 y 80, existía en Maracaibo hasta cinco orquestas de cámara. Actualmente no existe ninguna.

¿Es por eso las bajas de los músicos?
Yo creo que todas las orquestas necesitan apoyo y un presupuesto acorde para los profesionales. No puede ser que teniendo nosotros tanto recuso humano valioso y los estamos dejando perder. Somos un conjunto de cuerpo y razón y sensibilidad. Yo mantengo aquella frase de donde Planton decía que “tan ignorante es un sabio desconocedor de las otras manifestaciones, que el ser humano”.

¿Pero cree que haya posibilidades de unirse para poder defender eso?
Es el deber ser… No sé a qué se debe, pero nos han creado en una cultura donde cada quien tienen su propio feudo, su propia choza, entonces cada quien lucha por esa choza. Y en vez de ir uniéndonos, nos vamos desplomando. Hace muchos años estábamos aquí grandes sinfónicas con más de 200 voces y la orquesta sinfónica de Maracaibo. En aquel entonces participaban diferentes directores, nos unimos y trabajamos por hacer de aquel el mejor concierto del año. Ahora no.

¿Cuál sería la solución inmediata que usted propondría?
Esto es cuestión de razonamiento. De dejar a un lado tantas cosas que a veces no son tan importantes. Buscar cómo nos unimos para que las cosas marchen bien. Yo me pongo a trabajar y se me pasan las horas y no me doy cuenta, pero porque hago las cosas con amor. Ahora pasa que todos están pensando en función del bolsillo.