Perfiles

30 noviembre, 2015

 

El romance de Lisu Tatiana Vega con el diseño y la confección se remonta a su infancia. Su abuelo tenía una tienda de telas y su abuela era experta en costura. “A los cinco años le perdí el miedo a las tijeras, comencé a hacer patrones con mi abuela y vestidos para mis muñecas. Me dormía con el sonido de la máquina de coser”, cuenta esta joven que nació en enero de 1980 en Miami, Estados Unidos, pero quien desde los dos meses de edad se crió en Venezuela.

Al crecer se involucró más con la pintura y con el arte, pero nunca perdió interés por el diseño. Es técnico en grabado experimental, estudió arte y tiene una especialización en diseño textil en EE.UU. Desde los 15 años comenzó a hacer carrera. “Me encantaba caminar la ciudad y los elementos de metal que me encontraba en la calle los reciclaba, con esas piezas comencé a experimentar con la oxidación que generaba pigmentos de colores en distintos materiales y en telas”.

Empujada por su creatividad y buscando crecer como diseñadora, en 2002 se fue a Miami, pues en Venezuela no existían opciones para profesionalizarse en el diseño textil. Comenzar desde cero fue un paso duro, pero tres años después ya tenía su propia marca, con la que hoy ha conquistado a la industria de la moda.

La inspiración la encuentra en las cosas que la rodean. Sus piezas cuentan historias relacionadas a cada momento de su vida. Esa conexión con el arte desde sus inicios ha marcado la diferencia en sus creaciones; Lisu no es una diseñadora que se deje llevar por las tendencias en cada temporada: “Creo en las tendencias, pero no es en lo que me baso a la hora de crear. Mi inspiración está en el recurso del arte como elemento para lograr cada una de mis propuestas. En la música, en los libros, en las fotografías, en la contemplación. La ciudad de Maracaibo, donde crecí, fue para mí un punto de mucha inspiración, el tapiz guajiro, los colores, esa esencia de caminar y recorrer la ciudad”.

Es admiradora de Carolina Herrera, Madeleine Vionnet, Alexander McQueen y Yohji Yamamoto, pero sus diseños tienen una distinción propia caracterizada por la fuerza del estampado en las telas que ella misma diseña.

El 2014 fue un gran año para Lisu; fue nombrada diseñadora del año en la Miami Fashion Week y ganó el concurso para ser la diseñadora oficial de la aerolínea Eastern Airlines en Estados Unidos. Actualmente se prepara para Art Basel de Miami y las Fashion Weeks de Nueva York y París en 2016.

Lisu está casada, tiene un hijo de siete años llamado Julián y su segundo hijo nacerá en diciembre. Se autocalifica como workaholic. “Con este embarazo me lo he tomado con calma, voy a la playa, paso tiempo con mi esposo y mi hijo. También estoy trabajando junto a él en una colección llamada Bionic Mom”.

No para de trabajar y algo con lo que Lisu sueña es con exponer sus piezas más emblemáticas en un museo de arte. Pero más allá de eso, quiere ser una artista que además de lograr todo lo que quiere pueda ayudar a inspirar a los demás.  

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