Moda & Estilo

María Fernanda Pulgar quería hacer trajes para hombre. Pero, gracias a los vaivenes de la vida, terminó haciendo trajes de novia. Hoy, con su proyecto “Laboratorio de moda María Fernanda Pulgar”, además de trabajar en prendas urbanas y en su línea Prêt-à-Couture, busca forjar una filosofía de vida en y para el público venezolano deseoso de algo más que ropa linda y cómoda.

30 julio, 2015

Cuando la diseñadora de moda María Fernanda Pulgar tuvo la posibilidad de trabajar de forma independiente, sintió la necesidad de no dedicarse únicamente a una marca que solo hablase de ropa. De allí surge el Laboratorio de moda María Fernanda Pulgar, un lugar en el que tiene espacio cualquier disciplina creativa, queriendo ser un centro en donde se recree una filosofía de vida que contemple todas las expresiones que tengan que ver con creatividad y estética del día a día.

A sus cinco años de fundación, en él se albergan las marcas MFP y 2:AM. Sin embargo, para su creadora es cuestión de tiempo para que allí vivan también las artes visuales, música o incluso artes culinarias. “Básicamente, el Laboratorio de moda es el techo de una gran casa que solamente tiene ahorita dos cuartos construidos. Lo demás se va a ver en el futuro”, explica Pulgar.

−¿Cómo te gustaría que se unieran estas expresiones artísticas?
−En el momento que se va a escoger un pantalón u otro en la mañana, dice mucho de la persona que lo está escogiendo, aunque lo haga en automático. Entonces, sintiendo esa necesidad de hacer algo más que ropa o moda, se pensó que fuese un lugar en el que se pudiese ofrecer todo lo que tiene que ver con el estilo de vida, que se unen por un sentido estético. Se supone que si te gusta la ropa de 2:AM, te va a gustar la de MFP y cualquier cosa que tengamos en el Laboratorio porque coincide con tu filosofía o tus gustos estéticos. No los uno yo, cada cuarto lo hace por sí solo.

MFP, la primera línea del Laboratorio, es el resultado de los años que Pulgar se desempeñó como la directora creativa de Durant & Diego. “En el camino de yo querer hacer ropa de hombre, terminé haciendo vestidos de novia. Cosa que nunca me había planteado. La vida te pone situaciones que tú ves si las pruebas o no y yo lo intenté, lo probé y lo disfruté bastante. Aunque me quería salir de esa área y mi idea era hacer ropa urbana, por eso me asocio con mi amiga. Pero estaba ese espacio que ya le había dedicado siete años de mi vida. Ya ese gusanito estaba allí y no lo podía apartar”.

Bajo la propuesta del Prêt-à-Couture, la marca conjuga la practicidad del Prêt-à-porter con detalles a mano propios del Houte Couture y emplea telas especiales, importadas de Italia, Suiza o la India.

−¿Por qué apostar por la propuesta Prêt-à-Couture para la línea MFP?
−Cuando salí, me di la oportunidad de presentar mi propuesta y empezó a ser una línea con un pantalón de crepe para ir a la oficina, una blusa, hasta el vestido de novia o el traje para ir a una fiesta. Ahora mismo tengo una persona que es la que trabaja conmigo todo el proceso de la construcción de las piezas, porque yo hago todo el patronaje y ella lo construye, y hemos hecho un match muy bueno. Por eso siento que se ha vuelto a abrir una ventana para MFP. La apuesta es a dar una oportunidad de mostrarte una opción a pesar de que signifique más trabajo que cualquier rama de la moda. En un papel puedes hacer lo que sea, pero hacer que eso se pueda poner y la persona pueda caminar, se pueda sentar y levantarse con eso, yo lo veo como un reto.

Por su parte, 2:AM, bajo la dirección creativa de Pulgar y Audra Blanco, es una propuesta urbana que se propuso innovar en el mercado venezolano al presentarse como una opción unisex y versátil. Sus piezas de algodón pueden adaptarse según la persona quien las porta y para la ocasión que amerite. “Creemos en una mente sin paradigmas, entonces que tú puedas hacer una pieza que la usen ambos sexos o que la usen personas del mismo sexo con diferentes formas de pensar o con diferentes edades, es parte del ejercicio que la marca quiere hacer”.

−¿Qué es lo que más te gusta de cada una de las líneas?
−Crearlas –risas–. 2:AM es súper divertido. El momento en el que se me ocurre la pieza y empiezo a conseguirle las formas antes de que exista. Otro día me preguntaran que cómo se hace. En algún momento de estos cinco años se pasó un suiche en mi cerebro y eso pasa automáticamente. Puedo estar manejando, caminando, comiendo o hablando con alguien y mi cabeza está creando formas. Siento que es como una bendición. Al mismo tiempo es un experimento constante que por eso es el nombre de Laboratorio. De MFP disfruto la parte de los patrones. En esta colección específicamente de MFP trabajé con una técnica que me enseñó una persona con la que yo trabajé, un señor italiano llamado Roberto Spoladore, quien se vino a Venezuela cuando inauguraron el teatro Teresa Carreño y era el director del sector de vestuario. Esta colección está hecha con esa técnica de trabajar sobre el maniquí. Es como sacar una escultura al revés, tú tienes esto 3D y de esto debes sacar planos para volverlo a hacer 3D.

Para la nueva colección de ambas marcas –que en el caso de MFP se puede apreciar una de sus piezas en la portada de nuestra edición número 77 modelada por la fashion blogger Jessica Barboza–, se inspiraron en la vanguardia del cubismo con el uso de formas geométricas y en el Art Nouveau y su propuesta de democratización del arte. La paleta de colores del Laboratorio de moda (que se basa en el blanco y negro con toques de tonos fucsia, naranja, grises azulados y destellos amarillos), para esta ocasión se complementa con estampados de Mandalas hindués de auténticos tejidos saris de la India.

−¿Cómo surgió esta inspiración en el modernismo del Art Nouveau y el cubismo?
−Aura investigó muchísimo sobre el cubismo y el modernismo, toda la parte geométrica, y le llamó la atención una parte que decía que cuando el cubismo se inició ellos nunca pensaron que eso iba a llegar hasta donde lo hizo. Simplemente fue un movimiento que se creó y fue un gran boom. Un poco nos pasó a nosotras cuando hicimos la primera pieza que se transformaba. Lo hicimos pensando que queríamos una pieza para un target amplio que fuese de hombre y mujer, pero nunca nos imaginábamos que eso iba a ser una colección completa de piezas que se transformaban. En la parte de mi investigación el Art Nouveau me cautivó y sentí que el Laboratorio se identificaba cuando hablaban de la parte de hacer cosas extraordinarias con materiales ordinarios, porque nosotras tenemos cinco años trabajando con el mismo material en 2:AM, que son telas de franela, y hemos hecho hasta trajes de novia con eso que tienen aspecto de novia. Es no limitarse. Nosotros empezamos haciendo piezas con algodón y ya llegamos a un punto en el que él mismo se va superando con cada colección, cada vez más sofisticado a pesar de lo común del material.

Precisamente, “lo común del material” es lo que más ha enganchado a su público. En especial el masculino, puesto que es una tela que normalmente no se emplea para la ropa de hombre y cuando la portan descubren su comodidad. “La comodidad y la practicidad para nosotras es súper importante. Saber que no vas a ser esclavo de tu ropa, sino que ella te va a servir a ti es parte de nuestra filosofía”.

−A lo largo de estos cinco años del Laboratorio, ¿qué enseñanza te ha servido más de tus estudios en el Instituto Marangoni?
−Tengo varias etapas en mi carrera, pero yo soy antes y después de la escuela Marangoni. Porque además cuando apliqué no me aprobaron dentro de la maestría. Me pidieron que hiciera primero un curso de nivelación para luego entrar en la maestría y estuve a punto de no ir. Yo había planificado mi presupuesto y todo para hacer la maestría allá y mi madre me motivó a hacer el curso. Tuve la fortuna de entrar a este curso y a las pocas semanas hablé con la coordinadora porque sentía que podía dar más, que qué podía hacer para volver a aplicar. La única forma era que el director me entrevistara y yo le dejara un portafolio. La entrevista fue extensa, toda en italiano, y en un momento me dijo como “ok, chao, nosotros te avisamos”. Yo seguí yendo a clases y un día entrando a la escuela me llega y me dice que pase a la oficina de la coordinadora porque había sido admitida en la maestría. Casualmente la primera clase era ese día. Aprendí muchísimas cosas en Marangoni a nivel de técnica, de materia, de cómo ellos manejan el sistema moda… Podríamos estar hablando una semana de lo que yo viví mientras estuve en Italia, pero el haber escuchado el consejo de mi madre de “ve, aunque no sea lo que tú querías”, porque uno siempre se imagina que las cosas van a salir de una manera y si no son así, cierras la puerta inmediatamente, y en verdad estaba allí y yo no me di cuenta.

A pesar de todo lo que aprendió en Marangoni, para Pulgar su experiencia en Durant & Diego fue otra gran escuela. Admirando la marca desde que estudiaba en Brivil, nunca se imaginó que algún día se convertiría en su directora creativa. “Todo lo que yo crecí en Durant & Diego ni en tres maestrías lo hubiese hecho”, afirma sin dudas. De hecho, fue después de esta experiencia que sintió la seguridad para independizarse y crear el Laboratorio de Moda, convirtiéndose en uno de esos exponentes nacionales que la creatividad les ha permitido vivir en un país poco amigable hacia la moda.

Sin embargo, Pulgar sostiene que la creatividad no es lo único que hace falta para surgir en esta área. Para ella, los diseñadores deben unirse para lograr que en Venezuela se hagan telas o se facilite la importación. “Tú puedes ser súper creativo y hacer un vestido de periódico pero realmente para hacer un producto de calidad debes tener materia prima de calidad y lamentablemente en el país las textileras están en una posición que necesitan ayuda del Estado”.

“Ahorita hay una persona en Venezuela que vivió 25 años en España, Rubén Darío Márquez, que está pretendiendo unir a los diseñadores para entender que esto es una industria que no solo involucra a los modelos y al diseñador que sale en la foto, empieza con la señora que cose, con que no hay generación de relevo, con que nadie quiere ser costurera porque es terrible”, resalta la diseñadora, considerando que también hay que presionar a la industria privada para la creación de escuelas o fábricas que apoyen este rubro. “Es súper ambicioso pero la creatividad sin materia prima no va a durar mucho”.

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