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El interés por la docencia, el amor al arte y la pasión por la gastronomía llevaron al chef, Héctor Romero, a hacer realidad en 2003 uno de sus sueños: crear un espacio para preparar a entusiastas y profesionales de la cocina, deseosos de aprender con los secretos gastronómicos a profundidad. En compañía de otro renombrado maestro cocinero, Sumito Estévez, cofundó el Instituto Culinario de Caracas (ICC). Aunque este caraqueño de cuarenta y cinco años se formó como artista plástico, heredó desde niño el disfrute de la buena mesa, inclinándose hacia esta especie de expresión artística que se manifiesta a través de los alimentos. Aprovechando su experiencia como docente de Artes Plásticas decidió desarrollar el talento de todos los interesados en el mundo de la cocina desde un lugar que ya tiene once años de referencia en esta materia.
Con teoría y práctica, Héctor ha fortalecido desde el ICC nuestro acervo cultural gastronómico a través de nuevas generaciones de chefs: “La idea de emprender este proyecto surgió apenas con veinticuatro alumnos; hoy continuamos este proyecto que ha crecido, consolidado como una escuela que habla de nuestros valores, nuestros productos y nuestra cocina. Este instituto comenzó como una familia pequeña y hoy mantiene el mismo espíritu solo que con una familia más grande”.
Además del área académica, Héctor dirige El Comedor, un restaurante ubicado dentro del instituto y el cual está abierto al público: “Siempre estuvo la idea y la necesidad de tener una vitrina para mostrar el resultado de nuestro trabajo. Con el tiempo esta idea ha ido tomando más formalidad, donde nuestros clientes son testigos directos del producto de la investigación hecha sobre la cocina venezolana y con la parte educativa asociada a esa investigación. Además, nos esmeramos en la organización de la información y documentación de nuestros procesos, porque estas ideas no pueden correr el riesgo de perderse en el tiempo al no haber quien las atrape en papel y lápiz”.
La Academia Venezolana de Gastronomía le otorgó el premio “Tenedor de Oro” como el mejor Chef de Venezuela en 2013, logro que él se lo atribuye a su equipo de trabajo. Opina que la mejor comida es la que se hace con criterio, delicadeza, esmero y cariño. Héctor Romero tiene su meta clara: establecer en el país la formación y la educación asociada a la gastronomía como algo primordial desde el punto de vista cultural y social, porque para él “es ahí donde está realmente el gen de los pueblos”. P. V.