LOSEY, Mark

Daniel Dhers tiene años sin vivir en Venezuela pero aún mantiene su acento caraqueño intacto, no lo ha perdido aún después de haber vivido en Argentina y Estados Unidos y pasar tanto tiempo dado vueltas por el mundo acompañado de su bicicleta. Proviniendo de un país donde los deportistas más reconocidos corren tras una pelota o usan bates y guantes, puede que su nombre no suene muy familiar para la mayoría, aún cuando fuera de nuestras fronteras venga acompañado de la frase “uno de los mejores BMX riders del mundo”. Empezó a montar bicicleta cuando pequeño por acompañar a sus amigos, luego, mientras uno de ellos aprendía freestyle Daniel se le unió, mas no comenzó a practicar sus trucos seriamente hasta que su familia se mudara a Buenos Aires cuando era un adolescente, donde consiguió muchos más lugares donde hacerlo y compañeros de entrenamiento más avanzados. Convertirse en profesional fue algo que se le dio prácticamente solo, “era algo que de verdad quería, que veía posible y lo que hice fue seguir entrenando y competir”. Culpa a su terquedad de haberlo llevado tan lejos, aunque en este caso se le puede clasificar más como persistencia, ya que mientras más le dijeron que no podía montar, con más ganas lo intentó, “me gustó tanto que simplemente decidí practicar hasta morir”. En 2006 consiguió su primera medalla de oro apoderándose de las rampas del Dew Tour, a la que le siguieron dos más en 2007 y 2010, las cuales puede colgar junto a sus otras cuatro medallas de oro obtenidas en los X Games, el equivalente a las olimpíadas de los deportes extremos, en 2007, 2008, 2010 y 2011. Sin embargo, lo que Daniel más disfruta no son los premios, los viajes o el reconocimiento, sino la adrenalina que siente al montar su bicicleta a través de una rampa; es ello lo que le permite entrenar con gusto de lunes a domingo, dos veces al día, y la razón por la que aunque alguna que otra vez ha considerado dejar el BMX siempre termina regresando a él. Aunque en Venezuela este y demás deportes extremos siguen siendo relativamente desconocidos, Daniel definitivamente ha puesto algo de su parte para cambiarlo, organizando exhibiciones, eventos y competencias cada vez que viene de visita y dejando cada día más en alto el nombre del país, un trabajo que seguro continuará haciendo por mucho tiempo, ya que su principal meta es simplemente “ver hacia dónde me lleva la bicicleta”. M.P.

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