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Adriana Alvarado, seguridad con rostro de mujer

Adriana Alvarado, seguridad con rostro de mujer

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Adriana Alvarado, seguridad con rostro de mujer

Perfiles

1 octubre, 2011

DONDYK+RIGA

La delincuencia no respeta géneros. Cuando un ladrón avista a una oficial sólo espera aprovecharse de la supuesta debilidad del sexo femenino. Pero se equivocan. No saben que esa mujer se ha preparado tanto o más que sus pares masculinos. Le ha tocado esforzarse el doble para poder lucir el uniforme de la policía municipal. Debió competir contra las ventajas en resistencia y fuerza bruta que la madre naturaleza dotó a sus compañeros, al momento de entrenarse escalando muros y saltando techos, sin perder en ningún momento la puntería de su arma. Adriana Alvarado con sus quince años en la Policía Municipal de Maracaibo es una de esas contadas pero eficientes mujeres. Graduada en Educación, área Orientación, Adriana es mucho más que una oficial. Cuenta con un diplomado en Gerencia de Recursos Humanos y en Criminalística. Actualmente, es supervisora agregada y directora de la Academia de Polimaracaibo; bajo su responsabilidad está la formación y actualización de esos oficiales que velan por la seguridad de los habitantes de la ciudad. Aunque en su familia abundan oficiales de tránsito terrestre, policías y guardias nacionales, ella es la primera y, hasta ahora, única mujer que ha seguido sus pasos. Tras trabajar en liceos como profesora de Orientación aceptó en 1994 la invitación de su esposo a formar parte del Batallón de Reserva y entrenarse cada fin de semana. “Éramos aptos y por dos años permanecimos en el batallón recibiendo instrucciones y aprendiendo a utilizar armamento. La experiencia me gustó tanto que descubrí en mi una nueva vocación y suficiente disciplina para asumir nuevos retos. Así ingresé a Polimaracaibo en 1996”. Cuando empezó habían alrededor de cuatro mujeres de un total de 100 oficiales. Sin embargo, desde 2001 las cifras se han nivelado poco a poco. “Muchas mujeres interesadas en ser policías me preguntan sobre mi experiencia y siempre les respondo: ‘si crees que tienes fuerza física y mental para soportar el entrenamiento y el día a día, hazlo porque será gratificante’. Esta profesión me ha dado mucho crecimiento personal. Me ha enseñado a valorar la vida y la familia, a tolerar situaciones difíciles. La vida a veces te sorprende y uno simplemente debe levantarse. En la policía se ven tantas cosas, tanta realidad, que uno aprende de ellas. Ahora mi vida la planifico a corto plazo. Mi meta en tres años es terminar un postgrado y ascender en la institución porque no tengo pensado salir de ella. Hay mucha policía para rato”. A.B.