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Huella ecológica

Huella ecológica

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Huella ecológica

Revista

1 marzo, 2008
Botines de cuero negro de Franco Varesse, Centro Sambil Maracaibo. DONDYK+RIGA

Según el informe Situación de los Bosques del Mundo 2007, publicado por el Comité Forestal de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), entre 1990 y 2005 se perdieron 64 millones de hectáreas boscosas en América Latina. Una de las principales causas fueron los incendios forestales, que sólo en América del Sur registraron cifras de 26 mil por año. Pero la deforestación es sin duda la principal enemiga de los bosques. Venezuela figuró entre los diez países del mundo que registraron mayor pérdida anual, ya que el 38% de su superficie forestal está destinada a la producción maderera.

Según estudios de la Asociación Médica Argentina, una habitación llena de humo de cigarrillo puede tener más contaminación que una autopista densamente transitada. Si un no fumador permanece dos horas en un bar donde se fuma, es lo mismo que hubiera fumado 4 cigarrillos / En el DF de México, la ciudad con mayores índices de contaminación en América Latina, se tiran a la basura anualmente 22 millones de toneladas de cartón y papel. Por cada tonelada de cartón reciclado se salvarían 17 árboles.

El vidrio que utilizamos hoy tiene una antigüedad de más de 3 mil años, pues es 100% reciclable. Estudios de la fundación española Ecovidrio afirman que el vidrio reciclado ahorra de un 25% a un 32% de la energía utilizada para producir vidrio nuevo. Tan sólo con la energía que ahorra el reciclaje de una botella sería posible mantener encendido un bombillo de 100 vatios durante 4 horas.

Tanto el caucho como la goma de mascar provienen de la savia de las cortezas de ciertos árboles tropicales originarios de Latinoamérica. Sin embargo, su explotación desmesurada ha tenido un efecto ecológico devastador en la selva amazónica. Hoy es posible crear caucho sintético en laboratorios, así como chicle a partir de petróleo, pero los residuos de estas industrias y la condición no renovable de estos productos nos hace cuestionar si es peor el remedio que la enfermedad.

Anualmente millones de animales son sacrificados, ya que su piel se utiliza en la confección de productos de lujo, sin considerar si quiera a las especies en peligro de extinción. El 55% de los ingresos de la industria ganadera proviene del cuero, lo que ha llevado a masificar su producción, provocando matanzas despiadadas. Además, para lograr el acabado final del cuero se requiere de substancias como formol, tintes de cianuro, cromo y otros componentes tóxicos. La salida es preferir pieles sintéticas, amigables con la vida y el planeta.

Hace sólo 30 años atrás, la producción de desechos sólidos en América Latina y el Caribe era de 0,2 a 0,5 kilogramos diarios por habitante. Hoy el promedio alcanza hasta 1,2 kilogramos por persona, dentro del cual se registra además un aumento de desechos inorgánicos. Sin embargo, el 50% de la basura mundial es orgánica y puede regresar a la naturaleza sin causar impacto ambiental, al ser clasificada y procesada en un compostador y convertida en humus o abono natural.

Siempre se ha creido que esquilar animales –como ovejas, llamas, camellos, cachemiras o cabras de angora– para obtener lana es inofensiva. Sin embargo, existen miles de granjas que realizan estas prácticas sin preservar los derechos de los animales, que en ocasiones mueren de calor en el verano o sufren de infecciones por la escasez de pelo. Por eso lo ideal es elegir prendas confeccionadas con fibras vegetales o sintéticas como el algodón, el polyéster o el nylon.

La lana tiene poco de «amable», como cualquier producto de origen animal, su consumo es causante de un enorme sufrimiento.

 

Fotografías: Dondyk+Riga

Producción: Tendencia Maracaibo

Modelo: Francesca Copello

Vestuario: Traffic, Centro Lago Mall. Nine West y Bosi, Centro Sambil Maracaibo