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Dino Marchese, el dulce sabor del éxito

Dino Marchese, el dulce sabor del éxito

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Dino Marchese, el dulce sabor del éxito

Perfiles

1 octubre, 2007

DONDYK+RIGA

El nombre Dino Marchese es sinónimo de un hito valenciano llamado Pastelería Dino. Desde su llegada a Venezuela en 1954 este artista culinario se ha dedicado al oficio que con orgullo aprendió de su familia en Italia: el de pastelero. Como empleado en Caracas y luego como propietario de la primera Dino en El Tigre, fue adaptándose al nuevo mercado y enseñándolo a consumir productos con el ingrediente de la tradición. Posteriormente, mudada a Valencia, Pastelería Dino fue calando con la imagen de su fundador como símbolo inseparable del negocio, porque para Leonardo Marchese, o Dino, sencillamente “hay que trabajar”. De allí la familiaridad que se respira en este local de cuarenta años de historias que sobrepasan generaciones. Según este pastelero, el secreto en la receta es que “siempre se va renovando la producción, siempre algo nuevo se hace”. De allí que los grandes eventos en la vida de los valencianos lleven la marca de Dino: desde un bautizo hasta una boda son endulzados con su producción, que comienza en la materia prima y termina en pasteles elaborados con toda la formalidad. Sus pastas de sabor casero se encuentran en los anaqueles de las cadenas de supermercados, e igualmente en el mismo local donde hace cuarenta años Dino comenzó a proyectar su familia y la forma de progresar en este país “que se presta para trabajar bien”. Fiel creyente del potencial venezolano fundó hace quince años, también en Valencia, el centro Clínico La Milagrosa, dando prueba de sus habilidades de empresario, pero dejando clara su vocación: “soy pastelero”. Porque para Dino, un venezolano de carrera, el éxito se mide hoy, con base en el ayer. E.R.