7 agosto, 2023
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Da la imprensión de que para un chef las palabras son prácticamente un lujo. Su discurso y su filosofía se construyen con especies y condimentos, finas hierbas y aceite de oliva. Por eso gente como Cristiano Guidetti no necesita hablar un español impecable para comunicarse con la ciudad. Cada bocado de sus magníficas creaciones culinarias pone en evidencia un origen remoto y una vasta trayectoria. En Maracaibo podemos experimentarla desde que este talentoso chef decidió dejar su Italia natal para ponerse al frente de la cocina de Amici Ristorante.
Sus padres tenían una prestigiosa mueblería y desde siempre albergaron la esperanza de que su hijo único tomara las riendas del negocio familiar. Pero la vocación de Cristiano se hizo sentir desde edad temprana y lo hizo viajar semanalmente lejos del hogar, al pueblo Serramazzoni de la provincia de Modena, para convertirse en Maître y Chef en la Escuela de Hotelería IAL. Los mejores hoteles de la zona lo albergaron como pasante y su talento lo llevó, con sólo dieciocho años a París, donde se especializó en Pastelería en la reconocida Ecóle Lenôtre. A su regreso, la patria lo envolvió en laureles, al convertirlo en chef oficial de la Lazio, el club de fútbol más antiguo de Roma. También trabajó con la ACF Fiorentina en Toscana y con el equipo nacional de voleibol femenino: “Fue una experiencia interesante desde el punto de vista profesional, pues debía trabajar conjuntamente con médicos y nutricionistas. También fue una gran oportunidad para conocer muchos lugares y celebridades”.
Pero el amor de una mujer lo hizo dejar todo atrás para venir a Venezuela, y ahora su misión es traernos un pedazo de Italia directamente al paladar: “Prefiero lo tradicional a lo gourmet, soy muy conservador de la cultura y la tradición italianas, y en Amici puede degustarse la verdadera cocina italiana. Este es el único restaurante en Maracaibo donde el chef, los empleados y los socios son todos italianos; eso hace que los comensales sientan que están en mi país”. Hoy, Cristiano Guidetti no puede negar que Venezuela le robó el corazón y que ya pertenece a esta tierra, que lo cautivó con sus paisajes, su gente y con delicias extravagantes como un buen patacón con aguacate. Una tierra que lo recibió con brazos abiertos, como se espera siempre a un gran amigo. C.W.
