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Hasta donde le alcanza la memoria el sueño de Carlos Quintero fue producir y Orixe, su propia productora, ha sido el origen de su realización. Carlos Quintero es músico, porque desde pequeño quiso serlo, porque creció con guitarra en mano y porque su talento desbordó más allá de su interés por la astronomía o la electrónica. Fue protagonista de una época de fértil producción local, con Eclipse en los dulces quince y con Siam, su excusa para vivir en Caracas y madurar profesionalmente, produciendo a los veintidós años su primer disco. Entrando la década del noventa, Carlos amplió su horizonte hacia la meca de la producción musical: España. Allí, como aprendiz de los grandes, conoció un negocio diverso, arreglando y programando obras que posteriormente vendían millones de copias. Hace seis años se armó de valor y abrió en sociedad con Mar De Pablos, también venezolana, Orixe –origen en catalán– su punto de partida en el showbiz. Desde entonces su agenda no descansa: es productor de varios artistas emergidos de Operación Triunfo, como Chenoa y Beth, y ha trabajado al nivel de gigantes como Emilio Estefan y Kike Santander. Con ellos compartió el dulce sabor de la fama, dirigiendo la obra del autor hacia temas que se conviertan en éxitos: “Siempre había querido tener una casa llena de autores y crear temas para todo el mundo”. Con Orixe Carlos Quintero vive las etapas del arte de hacer un disco, desde la concepción de un tema avasallante, ubicando en el tope a profesionales como Carlos Baute y Guaco, hasta la estética sónica y la gerencia creativa. Empapado en cada uno de estos procesos se encuentra un hombre que nació para ser músico y que soñó con ser productor.

Habiendo triunfado en la creación de fusiones musicales como a él le gustan, con raíz latina y elementos anglo, Carlos experimenta tonos en un lienzo en blanco, el de la producción televisiva. El que ha estado sobre una tarima deleitando con el producto en que cree, prefiere hoy día creer en nuevos productos y asesorarlos desde la propuesta musical, hasta la forma en que lucirán ante el público. Así Carlos ha creado su propio acorde, formado por notas totalmente armónicas: Orixe, que integra la editorial musical con la productora, y el reto actual como productor ejecutivo, haciendo de su sueño una realidad elevada a la nota máxima. E.R.

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